Si me preguntan quién soy,
por qué vuelo,
a mí, que soy una rana
diré que recé mojado
a la noche de los árboles
y al sol detrás
para quedarme en la orilla.
(Me confundí entre las rocas
para ganar el pan
con el sudor de mi veneno,
protegí el ocio natural de mi existencia
evitando escribir invierno,
quieto, siempre quieto.)
Diré que si soy presa,
soy también la cacería;
que soy el vuelo del halcón
y que yo no soy mi muerte
y que tampoco soy mi vida.
Soy las cuatro garras en mi espalda,
soy el punto de fuga de las cosas,
soy la textura sutil del instante,
libre, siempre libre
y tan lleno de silencio.
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